Entender la solidaridad antiautoritaria como una relación que involucra como actores principales a lxs presxs y a los entornos activos en la calle, es entender que es indispensable luchar dentro de la cárcel, de lo contrario la práctica solidaria se transforma en asistencialismo y caridad, siendo lx/el presx unx mero receptor pasivo de los apoyos que puedan llegar de afuera no incorporándose ni aportando a las iniciativas de confrontación. Resulta necesario que la consigna “Con la cárcel nada termina” se lleve a la práctica utilizando todos los medios que se dispongan, los cuales, aunque sean escasos, pueden ser sumamente eficaces. Así lo han demostrado las diversas luchas en la larga y rica historia de la prisión política, caracterizadas por la disposición y la decisión de lxs presxs de llegar hasta las últimas consecuencias para lograr propósitos trazados. Dentro de la cárcel cada minuto de patio, cada libro que ingresa, cada artículo que se permite tener en la celda o cada espacio de autonomía y desarrollo individual por más mínimo que sea se ha logrado a través de la lucha, nada es gratis; basta con hacer memoria o con investigar de qué manera gendarmería ha accedido, por ejemplo, a más horas de desencierro en la cárcel de máxima seguridad o a la inexistencia de locutorios en el C.A.S, para darse cuenta de eso.
La movilización activa al interior de la prisión ha conseguido también importantes triunfos en lo que respecta al regreso de lxs presxs a la calle, doblándole la mano a las leyes, y logrando ejercer una presión efectiva al Estado, que en varios momentos se ha visto obligado a sentarse a conversar y dar solución a las exigencias. Continuar leyendo «Sobre la necesaria sintonía entre la calle y la cárcel. Comunicado de Mónica y Francisco en prisión»